Como es bien sabido en este mundo de la aviación, a mediados del mes de marzo del 2019 , la flota de Boeing 737 Max, ha sido inmovilizada por razones de seguridad, a causa de dos accidentes aéreos, entre ellos: Lion Air (aerolínea low cost- Indonesia) vuelo 610 fechado el 29 de Octubre del 2018 con un total de 189 fallecidos, mientras que por otro lado, el vuelo 302 de Ethiopian Airlines (África) , data el 10 de marzo del 2019, con un total de 157 fallecidos.
Hasta este momento, es muy pronto para hablar de un informe final de dichos accidentes, sin
embargo, dentro de las acciones adelantadas por las autoridades
correspondientes y además de la colaboración de la misma compañía (Boeing), se
detectó en ambos casos; fallas poco después del despegue, por lo anterior, es
evidente la preocupación por parte La Administración
Federal de Aviación (FAA), quien por medio del administrador interino Dan Elwell, manifestaron su decisión de mantener en tierra durante un año los aviones B737 MAX
“Hasta encontrar todo lo
que necesitamos para recuperar la confianza y retirar la orden de paralización
de esos vuelos”
esto Por un lado, por otro lado, media
también interés por parte de Boeing, que si bien, tener aeronaves inmovilizadas
(en tierra) no le es para nada rentable, estimando esta inoperancia
aproximadamente en mil millones de dólares, además de ello, está en juego las
ordenes congeladas y peligra la cancelación de pedidos.
Boeing ha sido consciente de sus fallas técnicas, es por esto que ha trabajado para corregir el mal funcionamiento del sistema de estabilizador “MCAS” que se presume en ambos casos fue el detonante del accidente, la forma con que busca curar esta falla, es por medio de una actualización del sistema de estabilizador y ofrecerá una capacitación complementaria asociada a este
tipo de aeronave (al momento según la compañía ha realizado 207 vuelos de
prueba con la versión mejorada de dicho software), sin embargo, es la FAA la que
se encarga de otorgar su respectivo certificado para que pueda volar nuevamente, no obstante, no es el único órgano al que debe persuadir, por ejemplo: en el
continente Europeo, en Reino Unido, Canadá, cada autoridad aeronáutica nacional,
tendrá entre sus manos la decisión de exigir sus propios ensayos antes de que decidan reanudar su actividad en cada uno de sus espacios aéreos y por sobretodo convencer al comandante de la aeronave, que llevará al mando a miles de pasajeros, indicándole que hacer dado el caso de un nuevo eventual desperfecto.
Ante esta situación de aprobación por parte de la FAA, no hay que dejar de prever que a partir de que expida su certificado de operación, se configura a nivel internacional una responsabilidad Estatal por parte de Estados Unidos en cabeza de la FAA, ya que está otorgando una (re)certificación de operación ante los demás Estados y teniendo en cuenta el Convenio de Chicago de 1944, todo Estado es responsable de toda aeronave que deje partir desde su territorio, en otras palabras, será responsable en caso de que ocurra de nuevo un accidente con este tipo de flota.
Claramente estamos frente a dos intereses SEGURIDAD por parte de la FAA y la REANUDACIÓN DE OPERACIÓN por parte de BOEING, claramente el fabricante también vela obsesivamente por la seguridad, pero también, es claro que detrás de la cuantiosa suma por aeronaves en tierra, igualmente, se verá arremetido por las demandas que inicien las familias de los fallecidos,y no hay que dejar de estudiar la posibilidad de compensaciones a aerolíneas afectadas y sanciones por distintos conceptos.
La pregunta que surge en este momento es: ¿
Qué hacer
cuando la seguridad de la aviación comercial se ve reducida ? ¿ como recuperar
esa confianza?
Recuperar la confianza no es un trabajo fácil y requerirá de tiempo, así como lo ocurrido el 11 de septiembre del 2001, donde la actividad aeronáutica comercial estuvo en crisis a nivel mundial, por lo tanto, tan solo queda esperar que sea la misma aeronave que convenza con el pasar del tiempo que efectivamente es segura, incluso, paralelamente ya las aerolíneas son conscientes de que es un trabajo conjunto y que tendrán que adelantar campañas para recuperar la confianza del pasajero, es así, como Aeroméxico quiere predicar con ejemplo volando por parte del director de operaciones en el primer vuelo MAX, y pienso que no está mal, la peor diligencia es la que no se hace, pero reitero que en mi opinión, lo único que vuelve a recobrar la confianza son los hechos, los hechos con el pasar de un buen tiempo, y válgase rescatar la importancia que se le debe dar a este tipo de infortunios, para seguir mejorando cada vez más en la seguridad de la aviación.
NOTA:
(Se estima que a finales de Junio, este modelo de aeronave regrese a su normal operación, de acuerdo a una fuente de la FAA, sin embargo la IATA, estima que no cree que sea posible retomar su servicio antes de agosto.)
AUTOR: GEORGE STEVEN ÁLVAREZ JARAMILLO